La constelación hace pensar en una pareja de peces,
que surge de la misma aleta
y que se tuerce y retuerce jugando.
Para los egipcios, el signo representaba a Istar, la gran diosa del amor.
En la mitología griega, Afrodita y su hijo Eros
se transformaron en peces en el Tigris, y así escaparon al monstruo Tifón;
o dicho de otro modo:
dos peces los echaron sobre sus espaldas, cuando buscaban ayuda; en señal de agradecimiento quedaron fijados eternamente en el firmamento.
Subrayo el placer, lo lúdico, la alegría de estar juntos, la danza.